Ya que vivo de leer ajeno, pues me rodeo de hartos libros (diccionarios, gramáticas, ortografías, enciclopedias y un largo etcétera); una de mis diversiones es abrir el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua) y buscar palabras que escucho o leo poco o que me parecen palabras "bonitas", no tanto por su significado, sino por cómo suenan, por su musicalidad, digamos... es muy triste darse cuenta de que el vocabulario de los hablantes de español sea tan pobre, dicen por ahí que el de un universiatrio se limita a... ¡200 palabras!, dato horrible si partimos de que una novela, como La región más transparente (Carlos Fuentes) puede tener un lenguaje de 20 mil... ¿Y las 19800 que faltan? Esto se debe, según los expertos en el tema, entre otros factores, a los pocos libros que lee el mexicano: 85% de la población no lee siquiera uno al año, también dicen por ahí que se lee un promedio de ¡casi tres libros al año! (uno de mis profesores decía que mínimo debíamos leer cinco a la semana, ya muy chafa, tres), en comparación con los países escandinavos, que tienen un promedio de 50 libros anuales per cápita, ¡qué maravilla!. Por eso a la industria editorial en México la piratería la tiene sin cuidado, ni quién compre un libro pirata. En fin, la cuestión es que hay que leer más, es tan divertido y relajante, hace trabajar tu cerebro y echa a andar la imaginación.
Os invito a abrir un diccionario y descubrir la maravillosa vastedad de nuestra lengua. Como muestra os dejo solo algunas palabrejas que encontré y que creo que debieran formar parte de nuestra habla cotidiana.
cuchipanda.
barrunte.
papirola. (De papiro).
suripanta.
volandas.
merluzo.
chabacanería.
(De chabacano).
cutre.
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