11 noviembre, 2008
La vida y no más
Han pasado cosas... mi mejor amiga se está divorciando, yo salgo con un divorciado que tiene dos hijos... Y a mis 35 me he dado cuenta de cuán diferente es enamorarse cuando se es muy joven, digamos 20 o un poco más (cuando se es una niñita inexperta y crédula), a más de 30; hay un abismo ENORME, las prioridades cambian por completo, buscas en "esa" persona cosas que ni siquiera te imaginabas cuando andabas en los 20, se forjan relaciones mucho más profundas y sabias, creo yo, y se lo atrubuyo a que ya no te cueces al primer hervor ni es tan fácil que te doren la píldora, sabes lo que quieres y lo exiges, tienes la madurez de tomar decisiones y afrontar y hacerte responsable de las consecuencias. He de decir que mi relación es un poco extraña, a ratos complicada, que a veces me han dado ganas de aventar la toalla y pedir esquina, pero al mirar hacia atrás y recapitular, me doy cuenta que ha valido la pena, tengo a mi lado a un hombre maravilloso: inteligente, divertido, culto, tierno, apapachón, trabajador, que me apoya, me escucha y otros cebollazos más; todo eso lo valoro y agradezco al destino el que nos hayamos topado precisamente en esta etapa de nuestras vidas, si nos hubiéramos conocido antes, creo que no habría resultado.
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