08 agosto, 2009

Frankenstein se hace un sándwich y otras historias que seguro te van a gustar pues tratan de monstruos y algunas también de comida (Adam Rex)


Una vez Frankenstein quiso
hacerse un sándwich de cena
y halló con desilución
que no había pan, ni chorizo
ni mostaza en su alacena.
Tampoco queso o jamón.

¿Qué hacer? ¿Qué hacer? --repetía.
Y ya le humeaba la testa
de tanto pensar qué haría
para arreglar ese asunto
cuando encontró la respuesta:
¡Ah, los vecinos de junto!

¡UN MONSTRUO!
¡Un mosntruote! ¡Yiii!,
gritaban niños y viejos.
"¡Vete de aquí! ¡Vete de aquí!
¡Vete muy, pero muy lejos!"
La muchedumbre enojada
desenvainaba la espada.

Mas cuando Frankie pasaba
por casa de sus vecinos
todos fingían demencia.
Y si a una puerta llamaba
sacaban palas y picos
y lo echaban sin clemencia

Y le arrojaron de todo:
panes, cerdos y tomates,
pepinillos, un repollo
y hasta una batea
de cebollas y aguacates...

¡Entonces tuvo una idea!

Aunque al principio, es verdad,
pensó lo peor de esa gente
--que era mala e indecente--,
luego vió que en realidad
la gente a sus pies había
juntado mucha comida.

La recogió agradeciendo:
"¡GRACIAS! ¡GRACIAS!
¡GRACIAS UN MILLÓN!"

Y por la noche sonriendo se dio por fin un asqueroso atracón.

1 comentario:

  1. Jejeje... y canto

    "Yo quiero un monstruo que sea mi amigo...."

    Abrazo

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